Omnipresente, es una cualidad que podría describir al plástico, de nos ser por el daño que provoca al planeta, podríamos decir que es un material extraordinario, cuyo gran problema radica en su reciclabilidad. Aunque ciertamente se pretende reutilizarlo tantas veces como sea posible, la verdad es que llega un punto en que se vuelve inútil para tales efectos.
O eso creíamos. Ingenieros y arquitectos se han dado cuenta que este puede ser el material del futuro, pues su uso aplicado a la construcción representa un ahorro de 250 veces más energía que la utilizada para fabricarlo. ¿Sorprendente? Sí. ¿Aplicado? No lo suficiente.
En países europeos comienzan a ser cada vez más tangibles las políticas públicas respecto al uso sustentable de los plásticos, sin embargo, en América Latina vamos a paso desacelerado. Solamente en México, ocupamos el segundo lugar en consumo de PET, es decir, contribuimos a las 8 millones de toneladas de polímeros que terminan en el mar.
¿Pero qué pasaría si el plástico fuese el material primordial para construir casas y edificios? Ciertamente lo utilizamos en tuberías, recubrimientos o selladores, pero su maleabilidad tiene el potencial de convertirse en el sustituto perfecto de otros materiales más contaminantes, en principio, porque los polímeros tienen la función de durar prolongadamente.
Ya se ha comprobado que este material, bajo ciertas condiciones y adaptaciones, es capaz de pasar pruebas de resistencia, termodinámica, vibración e impacto, así que nos es de sorprendernos que además de ser un material presente en el producto de Bubbledeck International A/S, también existan bloques, sustitutos de arena y concreto, entre otros.
Estas ideas sustentables ya son una realidad, y diversas empresas se encuentran en proceso de introducir estos nuevos materiales, no obstante, se dificulta mucho debido a que en cuestiones de licitaciones públicas no hay suficientes lineamientos que los admitan. Además de la falta de inversores que apuesten por generar proyectos grandes para su popularización.
Tal vez ahora que Japón planea ser menos dependiente del petróleo y tiene en la mira a unos de sus derivados que en cuestiones de producción resulta tan económico, porque solamente necesita recolectar de basureros y del océano para obtener su materia prima, para solamente procesarla.
Aún falta mucho para lograr esto, intervienen diversos factores, pero es un hecho que las apuestas por los nuevos materiales hechos de productos que en lugar de dañar el ambiente, provocan un cambio positivo, son una alternativa segura, viable y confiable que necesitamos para el desarrollo de nuestra sociedad.
